El virus del Ébola se transmite a los humanos por el contagio con un animal infectado ya sea vivo o muerto. Se trata de un virus letal, de hecho la Organización Mundial de la Salut cifra su tasa de mortalidad entre el 50 i el 95% de los infectados.
Entre las personas el Ébola se transmite por el contacto con sangre, saliva, orina, lágrimas, semen, piel, sudor, heces y leche de las personas infectadas.El Ébola también se propaga por el contacto con materiales contaminados con el virus, por ejemplo los utensilios médicos. Por esta razón, el Ébola se suele contagiar rápidamente en los hospitales africanos, dado que en la mayoría de los centros de salud de los países afectados por el brote los pacientes son atendidos sin los medios de prevención sanitarios necesarios. Muchos de los centros carecen de mascarillas y guantes e incluso se utilizan agujas que no son del tipo desechable.
Primeros casos de Ebola
Los primeros casos se detectaron en 1976 en la zona del África subsahariana por el contacto directo de la población humana con órganos sangre, secreciones u otros líquidos de animales infectados. En el continente se han documentado casos de infecciones producidas a raíz del contacto con chimpancés, gorilas, monos y murciélagos. El protocolo indica además que cuando un paciente muere por el virus no se le puede realizar autopsia.