En nuestro hogar hay una serie de elementos que no pueden faltar. Uno de los más importantes es el botiquín. Al fin y al cabo es uno de los sitios donde pasamos más tiempo, y pueden surgir imprevistos en cualquier momento. Y cuando alguno de estos imprevistos tiene que ver con la salud, entonces es cuando necesitamos echar mano de esta herramienta imprescindible.
Un botiquín es una caja o un maletín en el que guardamos todo el material médico que nos puede hacer falta ante una emergencia médica doméstica –como por ejemplo un corte, una quemadura o una contusión–, o si no nos encontramos bien del todo y sabemos las causas, como cuando nos duele la cabeza por un pequeño resfriado.
En él podemos encontrar analgésicos, tiritas, vendas, tijeras, termómetros, gasas, alcohol y en general cualquier accesorio que nos ayude cuando lo necesitemos. Si necesitas ampliar el contenido de tu botiquín o renovar algunos de sus elementos, puedes encontrar material médico online muy interesante. Cuando vayas a adquirirlo, asegúrate de que se trata de marcas homologadas fácilmente localizables en una guía médica y que lo compras en sitios web de confianza.
A continuación vamos a ver con detenimiento lo que debes incluir en el botiquín de tu casa:
- Material para curas. Aquí se engloban todos aquellos elementos que nos servirán para detener una pequeña hemorragia, desinfectar una herida o aplicar una pomada antiinflamatoria. Estamos hablando de tiritas, esparadrapo, vendas, gasas, tijeras para cortar una venda, suero fisiológico, iodo para desinfectar y ayudar a cicatrizar las heridas, puntos de aproximación (son similares a tiritas, pero para cerrar cortes de mayor longitud o más profundos), etc.
- Medicamentos. Aquí incluimos aquellos que sirven para tratar afecciones de poca gravedad, como un resfriado leve, un dolor de cabeza, una pequeña quemadura, una contusión leve, etc. Otros cuadros médicos leves también pueden necesitar de medicamentos que guardar en nuestro botiquín, como antiácidos para el ardor de estómago, ungüentos para las picaduras de insectos, etc. Por último, incluiremos aquellos medicamentos destinados a sobrellevar enfermedades de tipo crónico, como en el caso de los miembros más mayores de la familia.
- Varios. Además de los mencionados anteriormente, hay otros elementos que nunca pueden faltar en un botiquín, como un termómetro digital –mucho más rápido y seguro que los clásicos de mercurio–, una tijeras y pinzas para realizar vendajes y cortar puntos de sutura, gel desinfectante para manos, algodón o un manual de primeros auxilios, que siempre debe tenerse a mano para encontrar la información requerida ante una emergencia de este tipo. También guardaremos recambios para accesorios del bebé de la casa, si es el caso, como tetinas para el biberón y pomadas y polvo de talco para el enrojecimiento ocasional de la piel causada por el uso del pañal.
Y a continuación una recomendación para que tu botiquín sea útil de verdad y no un peligro: no guardes en él medicamentos a medio usar. Cuando terminéis en casa un tratamiento prescrito por el médico, desecha las pastillas y jarabe restantes, y revisa las fechas de caducidad de las pomadas y otros elementos que almacenéis. Así evitarás que alguien de la familia se auto-medique (hecho especialmente grave cuando se usan antibióticos sin prescripción médica), se intoxique o sufra una sobredosis accidental de algún medicamento.