La rosácea es una enfermedad crónica que afecta la piel y a veces los ojos. Los síntomas incluyen enrojecimiento, granos o espinillas y en etapas más avanzadas, el engrosamiento de la piel. En la mayoría de los casos la rosácea sólo afecta la cara.
La rosácea es una enfermedad común pero muy a menudo incomprendida, que se estima afecta a más de 45 millones de personas en todo el mundo. Afecta a personas de piel blanca mayormente personas de ascendencia europea noroccidental. En Gran Bretaña e Irlanda se la apoda «la maldición de los celtas». Comienza como un eritema (enrojecimiento) en la parte central de la cara o en las mejillas, nariz, o frente, e infrecuentemente puede afectar el cuello y el pecho. Cuando la rosácea progresa, otros síntomas se pueden desarrollar como un eritema semi-permanente, telangiectasia (dilatación de los vasos sanguíneos superficiales de la cara), pápulas circulares enrojecidas (pequeños granos) y pústulas, enrojecimiento ocular, quemazón, ardor y picazón, y en algunos casos avanzados, nariz roja lobulada (rinofima).
Esta dolencia puede ser confundida y en algunos casos co-existir con el acné vulgaris y/o la dermatitis seborreica. La rosácea afecta a ambos sexos, pero es casi tres veces más común en las mujeres, y tiene una edad de desarrollo entre los 30 y 60 años. La presencia de enrojecimiento en el cuero cabelludo u orejas sugiere un diagnóstico diferente o de co-existencia, ya que la rosácea es principalmente u diagnóstico facial.